Un anciano fotógrafo catalán, superviviente del campo de Mauthausen y obsesionado por la justicia, un nazi huido e instalado en Cambrils y un profesor de instituto de baja por depresión son los personajes de una trama que juega entre el pasado y el presente, y que se resuelve de forma inesperada y sorprendente.

25/11/09

La puerta del cementerio

Trepa por el barrote transversal que divide la verja en dos y se aúpa. Se sostiene a pulso durante un instante, tal cual un gimnasta en un ejercicio de anillas. Entonces, con mucho cuidado, pasa un pie entre los extremos lanceolados de los barrotes verticales y se incorpora, quedando a horcajadas. No puede permanecer en esta posición durante mucho tiempo. El hierro se le clava en el culo y le provoca un intenso dolor. Además, la superficie sobre la que está sentado es tan estrecha que en cualquier momento puede perder el equilibrio y caerse desde dos metros de altura o quedar ensartado.

19/11/09

La tienda de antigüedades del señor Primrose



Por dentro la tienda parece una trapería. O más bien la casa de alguien que padece el síndrome de Diógenes. Hay objetos de todo tipo amontonados por todas partes. Apenas puedo caminar por el estrecho pasillo que han dejado entre las montañas de cachivaches. El desorden es tal que tengo que moverme con cautela para no hacer caer nada si lo golpeo sin querer. Avanzando poco a poco, llego a la altura del escaparate y me detengo. Y justo en el momento en el que me pregunto dónde se ha metido el dependiente, alguien me saluda como si me hubiese leído el pensamiento.
La tienda de antigüedades del señor Primrose también es el título de un cuento que escribí hace 14 ó 15 años. Poco a poco voy recuperando las piezas perdidas.