Por dentro la tienda parece una trapería. O más bien la casa de alguien que padece el síndrome de Diógenes. Hay objetos de todo tipo amontonados por todas partes. Apenas puedo caminar por el estrecho pasillo que han dejado entre las montañas de cachivaches. El desorden es tal que tengo que moverme con cautela para no hacer caer nada si lo golpeo sin querer. Avanzando poco a poco, llego a la altura del escaparate y me detengo. Y justo en el momento en el que me pregunto dónde se ha metido el dependiente, alguien me saluda como si me hubiese leído el pensamiento.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Aquí falta:
HABLARAN DE LA NOVELA:
Club de Lectura de Les Borges
No t'escaparàs!!!
Y te ofrecía algo interesante?
Sí, una más, pero tendrás que leer la novela para saberlo. Gracias por pasarte.
Publicar un comentario