
Y empiezo a trotar. Y llego al primer taxi y subo y anuncio la dirección adonde quiero ir a toda prisa. Quiero decir que lo digo a toda prisa y quiero que conduzca a toda prisa. Y remato mis palabras con un ¡rápido! cinematográfico, como si no hubiese quedado suficientemente claro con mi actitud que quiero llegar a mi destino cuanto antes. Y el taxista farfulla un sí, señor y arranca y da tres cuartos de vuelta a la rotonda para cambiar de sentido y coger la carretera que discurre paralela a la línea de costa en dirección a Salou.
2 comentarios:
jajajaja =) deje la prisa
Un abrazo =)
Es que era un asunto de vida o muerte.
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