La puerta se abre bruscamente. Los dos húngaros que se encuentran al fondo de la barraca no se dan cuenta —o fingen que no se dan cuenta— y continúan esmaltando los retratos de unos oficiales. No pueden perder ni un minuto, ya que les han dicho que vendrán a recogerlos a la hora de comer. Sebastián, por el contrario, aparta los ojos de la tira de negativos que está examinando a contraluz y los dirige hacia la entrada.
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11 comentarios:
Llàstima que aquest llibre no surti per Nadal perque per als lectors de la meva família seria un bon regal.
Gràcies, Santi, però segur que un pernil els farà més il·lusió.
En cuanto tenga un poco de tiempo me leere el libro, parece estar bien.
Gracias Van. Espero que te guste.
Me parece interesante ,lo leere .
Un besito y feliz navidad.
Gracias Paloma. Feliz Navidad.
Ya me has solucionado el dilema de qué pedir a los Reyes Magos. El siguiente paso , si lo que encuentro en la novela es tan bueno como parece, será proponer "El Fotógrafo" en nuestro Club de lectura La Barquera.
Seguro que volverás a tener noticias mías cuando acabe de leer el libro mientras tanto puedes darte una vuelta por http://tallerescriturasvb.blogspot.com/
Eres muy amable, Laura. Gracias por tenerme en cuenta.
...Hola, Óscar...
...Dejaste un mensaje/llamada de atención en el blog de "El Sueño de Ava Gardner", que curiosamente intuyo que es un proyecto parecido al tuyo: el "making-off" de una novela (corrígeme si me equivoco)...
...Me parece realmente interesante, y creo que tenemos ciertas cosas en común (o no, quién sabe)...
...Si puedes, échale un vistazo a http://cabaretenlastripasdeldifunto.blogspot.com/
...Creo que tiene algo que ver con "el fotógrafo"...
...Un saludo...
Porqué? Nada es lo que parece?
Gracias por el comentario, Miguel Ángel. Nos vemos en las tripas del difunto.
Nada es lo que parece, Herr Sömmer. Ni en la vida ni en la literatura.
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