Un anciano fotógrafo catalán, superviviente del campo de Mauthausen y obsesionado por la justicia, un nazi huido e instalado en Cambrils y un profesor de instituto de baja por depresión son los personajes de una trama que juega entre el pasado y el presente, y que se resuelve de forma inesperada y sorprendente.

3/3/10

El pequeño Engeldorf

Advirtiendo que están a punto de irse, el pequeño Engeldorf no puede contenerse más. Empieza a dar saltitos y a tirar de la manga de la guerrera de su padre.

—Papi, papi, ¿y mi regalo de cumpleaños? —exige con un sonsonete.


Fuente: NARA

15 comentarios:

Magda dijo...

Un dels moments més colpidors de la novel·la encara ara m'esborrono al recordar-lo

Anónimo dijo...

Hola amigo. He visto tu comentario por casualidad y te diré que me ha sorprendido tu blog. Francamente bueno y muy interesante. Se remueven los cimientos de la conciencia.

Saludos.

Anónimo dijo...

El comentario al que hago referencia lo dejaste en mi BLOG IBÉRICO.

Miguel Baquero dijo...

No me acuerdo de quién era ese poema que decía que el guardía del campo de concentración quiere y mima a su pastor alemán. Y también sonríe cuando un niño le da la mano.

Óscar dijo...

Magda: i pel que sembla, va passar en realitat.

Concha: gracias por la visita. La literatura debería de remover cimientos.

Miguel: he aquí la contradicción del ser humano. Gracias por pasar de nuevo.

Margarita dijo...

He estado ojeando tu blog, es sobrecogedor. Y muy interesante la historia de ese fotógrafo, Francesc Boix, que gracias a tu novela no quedará en el olvido.

Es incomprensible el comportamiento de algunas personas, podían ser monstruos y a la vez padres de familia tan normales.

Un abrazo,

Margarita

Tony Amesty dijo...

Tienes un blog muy interesante...

Un abrazo

zel dijo...

Uix, ja començo a "pillar" de què va la cosa...és que estic un pèl espessa... seguirem!

jctraveller.blogspot.com dijo...

Hola Óscar. Te cuento que por San José me regalaron tu libro (¡por fin llegó a Tenerife la edición en castellano!). Acabo el que tengo entre manos, el de Diego Carcedo sobre el Holocausto y me meto con el tuyo.
Un saludo.

Óscar dijo...

Margarita: sí, es un tema interesante. Tengo un cuento en el que un terrorista le salva la vida a una anciana. Gracias por la visita.

Tony: muchas gracias por tu comentario. Me alegro de que te parezca interesante.

Zel: ja saps que sóc una mica críptic.

jctraveller: me alegro de que haya llegado tan lejos. Cuando quieras la comentamos.

Anónimo de la piedra dijo...

Hola Oscar, gracias por el comentario y ofrecimiento que has realizado en mi blog (http://anonimodelapiedra.blogspot.com/). Puedes enviar el Libro a la atención de : J.C.de la Piedra C/Trajano nº17 Sevilla 41001.Un Saludo

Óscar dijo...

La semana que viene va para allá.

Vergónides de Coock dijo...

Simpático, muy simpático. Suerte.

Óscar dijo...

Sí, pero la escena continúa... Gracias por el cometario, Basurero Usurero.

Cayetano dijo...

Uno de los momentos más duros y espeluznantes de la novela. Aquí se dan cita dos situaciones opuestas, que configuran una antítesis bestial: un acto criminal lleno de sadismo y un padre condescendiente, amoroso y amable que da caprichos a su querido niño.
Muy fuerte.
Un saludo.